Guía básica sobre los productos derivados de la marihuana y su uso médico

Rubén Castro, 27 septiembre 2024

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Durante décadas, el cannabis ha sido denostado por ser considerado como una droga ilegal, sin embargo, en los últimos años, los científicos han encontrado cada vez más pruebas de su potencial terapéutico. De hecho, el cannabis se ha convertido en una medicación segura y de confianza para millones de personas en todo el mundo, que trata afecciones que van desde la ansiedad a la artritis, pasando por las náuseas provocadas por la quimioterapia, sin los peligrosos y perjudiciales efectos secundarios de muchos productos farmacéuticos populares.

El mundo del cannabis puede parecer complicado porque, como casi todo, tiene un lenguaje propio. En esta guía básica a la marihuana medicinal, desglosaremos cómo funciona el cannabis, cómo pueden consumirlo los pacientes, en qué fijarse a la hora de decidir qué producto cannábico consumir y mucho más. Vamos allá.

¿Cómo funciona el cannabis?

A principios de la década de 1990, los investigadores descubrieron en el cuerpo un sistema de comunicación desconocido hasta entonces que interviene en la regulación de casi todas las funciones esenciales del organismo. Lo denominaron sistema endocannabinoide (SCE) por los elementos vegetales que llevaron a los investigadores a su descubrimiento: los cannabinoides.

Este sistema está formado por receptores cannabinoides (denominados CB1 y CB2), endocannabinoides (sustancias químicas naturales del cuerpo humano que activan o modulan la actividad de CB1 y CB2) y enzimas que metabolizan los endocannabinoides y los eliminan del organismo.

El SCE modula muchas de las funciones más importantes del cuerpo, como el sueño, el hambre, el dolor, la ansiedad, las náuseas y el metabolismo energético, entre otras. De hecho, el sistema endocannabinoide es tan vital para mantener la homeostasis -un estado de equilibrio en el cuerpo- que algunos investigadores creen que muchos trastornos de salud pueden explicarse por deficiencias de endocannabinoides. Estas afecciones incluyen migrañas, síndrome del intestino irritable y fibromialgia, entre otras.

Bajo los efectos de una enfermedad, lesión o estrés ambiental, la necesidad de mensajeros endocannabinoides puede superar la oferta. Cuando el cuerpo necesita más de estos mensajeros esenciales de los que puede producir, la comunicación entre los procesos vitales puede romperse. Los cannabinoides de origen vegetal (fitocannabinoides), como los del cannabis, pueden influir en las funciones de los SCE, ayudándoles a regular las funciones corporales.

¿Qué son el CBD y el THC?

Hay más de 500 sustancias químicas diferentes en el cannabis, de las cuales al menos 140 se conocen como cannabinoides, compuestos exclusivos de la marihuana. Los dos cannabinoides más destacados son el tetrahidrocannabinol (THC), que proporciona al cannabis gran parte de sus efectos psicotrópicos y medicinales, y el cannabidiol (CBD), que se promociona por tener beneficios medicinales sin el «subidón» del THC.

Por tanto, la principal diferencia entre el THC y el CBD radica en sus efectos psicoactivos, su estatus legal y su interacción con el sistema endocannabinoide del organismo. Aunque ambos son compuestos naturales que se encuentran en las plantas de cannabis, tienen propiedades y efectos distintos. A continuación, vamos a ver un desglose detallado de las diferencias entre el THC y el CBD:

¿Efecto psicoactivo?

El THC es el principal compuesto psicoactivo del cannabis y es el responsable de producir el «subidón» asociado al consumo de marihuana. Se une a los receptores CB1 del cerebro, provocando euforia, alteración de los sentidos y relajación. En dosis más altas, el THC también puede provocar ansiedad o paranoia en algunas personas.

El CBD no es psicoactivo por lo que no provoca un subidón. Influye de forma diferente en el sistema endocannabinoide al interactuar con los receptores CB2 y modular otros sistemas, como los receptores de serotonina y opioides. Como resultado, proporciona una sensación de calma y alivio sin los efectos intoxicantes del THC.

Efectos en el cuerpo

El THC afecta principalmente al cerebro, alterando el estado de ánimo, la conciencia y la percepción. Puede inducir:

  • Euforia
  • Aumento de la percepción sensorial
  • Alteración de la noción del tiempo
  • Aumento del apetito.
  • En algunos casos, ansiedad o paranoia, sobre todo a dosis elevadas
  • Alivio del dolor, efectos contra las náuseas y relajación muscular

El CBD tiene efectos más amplios que se dirigen al sistema inmunológico y al sistema nervioso, ofreciendo beneficios terapéuticos sin intoxicación. Sus efectos incluyen:

  • Alivio del dolor y la inflamación
  • Propiedades ansiolíticas y antiestrés
  • Efectos anticonvulsivos (especialmente en la epilepsia)
  • Posibles efectos neuroprotectores
  • Puede ayudar a dormir, relajarse y concentrarse
  • Propiedades antiinflamatorias y antioxidantes

Mecanismo de acción

El THC se une directamente a los receptores CB1 que se encuentran en el cerebro y el sistema nervioso central, desencadenando efectos psicoactivos. También interactúa con los receptores CB2 del sistema inmunitario, contribuyendo a sus efectos analgésicos y antiinflamatorios.

El CBD no se une directamente a los receptores CB1 o CB2. En su lugar, modula estos receptores e influye en otros sistemas neurotransmisores, como la serotonina y la adenosina. El CBD puede contrarrestar algunos de los efectos del THC, reduciendo la ansiedad o la paranoia y equilibrando los efectos psicoactivos.

Diferencias entre el cáñamo y la marihuana

En este punto debemos hacer una aclaración y es que el cáñamo y la marihuana son dos variedades de la misma especie de planta, Cannabis sativa, pero tienen diferencias importantes en cuanto a su composición química, su uso y su estatus legal.

  • La diferencia más importante es que el cáñamo tiene niveles muy bajos de THC (por debajo del 0,3%) y un nivel muy alto de CBD. Mientras que la marihuana contiene niveles mucho más altos de THC (a menudo entre el 5% y el 30% o más), lo que provoca efectos psicoactivos.
  • Además de eso, el cáñamo tiene una amplia variedad de usos industriales y comerciales. Sus fibras se utilizan para fabricar productos como textiles, cuerdas, papel y materiales de construcción. Las semillas de cáñamo son ricas en nutrientes y se usan en alimentos, aceites y suplementos. Además, se extrae CBD para productos medicinales y de bienestar. Por otro lado, el uso principal de la marihuana es recreativo y medicinal.
  • Debido a eso, el cultivo de cáñamo es legal en muchos países mientras que el cultivo de marihuana está mucho más restringido. El cáñamo se cultiva a gran escala en campos abiertos y no requiere condiciones tan controladas como la marihuana. Puede crecer en una variedad de climas y suelos, y su ciclo de crecimiento es más rápido.
  • También se distinguen en su aspecto físico. El cáñamo es una planta más alta y delgada, que puede llegar a medir hasta 4 metros. Sus hojas son más finas y espaciadas. Mientras que la marihuana es más densa y frondosa, con hojas más anchas. Las plantas de marihuana suelen ser más pequeñas y cultivadas en condiciones controladas para maximizar el contenido de THC.
Por tanto, el CBD que se obtiene del cáñamo contiene menos THC que el CBD derivado de la marihuana (que tiene un mayor contenido de THC).

¿Y qué son los terpenos?

Los terpenos son compuestos que producen el aroma y el sabor del cannabis (y de una variedad de otras plantas) y la razón por la que una «variedad» de marihuana sabe a limón, mientras que otra desprende un aroma a pino.

Los científicos también creen que los diferentes efectos sedantes, estimulantes y otros efectos distintivos de las variedades de cannabis son el resultado de su perfil de terpenoides y que los terpenos desempeñan un papel en los efectos terapéuticos médicos del cannabis. Los niveles de terpenos se presentan a menudo en el envase de los productos de marihuana medicinal, junto a la proporción THC:CBD y el origen sativa-indica de la cepa.

Tratamiento de enfermedades con CBD

En los últimos años el cannabidiol (CBD) ha recibido una gran atención por sus posibles aplicaciones terapéuticas. Los investigadores han estudiado sus efectos en diversas afecciones, desde la epilepsia y el dolor crónico hasta la ansiedad e incluso los síntomas relacionados con el cáncer. Aunque el campo de la investigación del CBD sigue evolucionando, cada vez hay más pruebas clínicas y preclínicas que respaldan su eficacia en el tratamiento de una amplia gama de afecciones médicas.

CBD para la epilepsia

Uno de los usos más consolidados del CBD es el tratamiento de la epilepsia, especialmente en casos resistentes a los medicamentos tradicionales. Epidiolex, un fármaco a base de CBD, es uno de los primeros medicamentos derivado del cannabis que ha sido y ha demostrado una eficacia notable en el tratamiento del síndrome de Dravet y del síndrome de Lennox-Gastaut, dos formas raras y graves de epilepsia infantil.

En un ensayo clínico a gran escala, se demostró que el CBD reduce significativamente la frecuencia de las convulsiones en niños con síndrome de Dravet. Los participantes que tomaron CBD experimentaron una reducción del 39% en la frecuencia de las convulsiones, en comparación con una reducción del 13% en el grupo placebo. Este estudio histórico desempeñó un papel crucial en la aprobación por la FDA del CBD para el tratamiento de la epilepsia.

CBD para el control del dolor y la inflamación

El CBD se utiliza ampliamente para aliviar el dolor, especialmente en afecciones que implican dolor crónico e inflamación, como la artritis, la fibromialgia y la neuropatía. Ejerce sus efectos al interactuar con el sistema endocannabinoide (SCE) del organismo, que regula la percepción del dolor y la inflamación. A diferencia de los opiáceos, el CBD tiene un menor riesgo de adicción y menos efectos secundarios, lo que lo convierte en una alternativa prometedora para el tratamiento del dolor.

CBD para la ansiedad y los trastornos relacionados con el estrés

El CBD se ha estudiado ampliamente por sus propiedades ansiolíticas (reductoras de la ansiedad). A diferencia de los ansiolíticos tradicionales, que pueden causar dependencia y una serie de efectos secundarios, el CBD ofrece una alternativa potencial con menos inconvenientes. Las primeras investigaciones han demostrado que el CBD puede ayudar a aliviar los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada (TAG), la ansiedad social y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Se cree que actúa interactuando con los receptores de serotonina del cerebro, que intervienen en la regulación del estado de ánimo.

Propiedades neuroprotectoras del CBD

El CBD ha demostrado efectos neuroprotectores, lo que lo convierte en un potencial agente terapéutico para trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple (EM). Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes pueden ayudar a reducir el daño neuronal, ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes con estas afecciones.

CBD para la adicción y los trastornos por consumo de sustancias

Una de las áreas más recientes de investigación sobre el CBD se centra en su potencial para tratar la adicción y los trastornos por consumo de sustancias. Los estudios sugieren que el CBD puede reducir la ansiedad y los síntomas de abstinencia en personas con dependencia de opiáceos, nicotina y alcohol. Al modular el sistema de recompensa del cerebro y reducir las respuestas al estrés, el CBD puede ofrecer una alternativa no adictiva para ayudar a controlar la adicción.

Alivio de los síntomas del cáncer

El CBD se utiliza a veces para controlar los síntomas relacionados con el cáncer y su tratamiento, como el dolor, las náuseas y la pérdida de apetito. En estos casos se suele utilizar junto con el THC.

Además, aunque se necesita más investigación, algunos estudios en animales sugieren que el CBD puede tener efectos antitumorales, inhibiendo el crecimiento de ciertas células cancerosas.

Acné y afecciones cutáneas

Las propiedades antiinflamatorias del CBD y su capacidad para reducir la producción de sebo lo hacen potencialmente útil en el tratamiento del acné. También se está estudiando para afecciones como el eccema y la psoriasis.

Salud cardiovascular

Algunas investigaciones indican que el CBD puede ayudar a reducir la presión arterial en situaciones de estrés, beneficiando potencialmente la salud cardiovascular. Efectos antiinflamatorios y antioxidantes: El CBD también puede reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el corazón y los vasos sanguíneos.

Diabetes

Las primeras investigaciones indican que el CBD puede ayudar a reducir la inflamación relacionada con la resistencia a la insulina y posiblemente retrasar la aparición de la diabetes tipo 2. También puede ayudar con las complicaciones diabéticas, como la neuropatía (daño nervioso).

¿Cómo se dosifica el cannabis?

Con la mayoría de los medicamentos, la dosificación es bastante sencilla: existen ensayos clínicos, la aprobación de los diferentes organismos reguladores de cada país y recomendaciones transmitidas a médicos y farmacéuticos basadas en cálculos químicos específicos.

Si utilizamos cannabis (no medicamentos derivados), la dosificación aún no es una ciencia exacta y se requiere un enfoque mucho más individualizado. Los productos de marihuana actuales pueden ser bastante potentes, por lo que se debe aconsejar a los pacientes que «empiecen poco a poco», tomando una dosis baja y aumentándola según sea necesario, después de calibrar los efectos.

La primera vez que se consuma cannabis también debe hacerse en un lugar cómodo y con una persona de confianza. El cannabis se suele tomar 2-3 veces al día y la mayoría de los pacientes no superan los 1-3 gramos de cannabis al día. En general, los pacientes tienden a desarrollar tolerancia a los efectos psicotrópicos del THC con bastante rapidez, pero esto no se traduce en una reducción de los beneficios terapéuticos.

Cómo consumir cannabis

Los métodos de administración del cannabis se dividen principalmente en tres categorías: inhalación, ingestión o aplicación tópica (dérmica). Cada uno tiene sus pros y sus contras:

Inhalación

Es el método de administración más popular, en gran parte porque es cómodo, sencillo, de acción rápida y agradable. Cuando el cannabis se inhala, entra directamente en los pulmones de camino a ser absorbido por el torrente sanguíneo, creando un efecto casi instantáneo. También está el hecho de que fumar en sí mismo, ya sea con una pipa, un «bong» o un cigarrillo de marihuana («porro»), puede ser un ejercicio terapéutico y placentero. Uno de los principales inconvenientes de fumar es que puede ser perjudicial para los pulmones y la garganta. Por este motivo, es aconsejable que las personas con afecciones pulmonares eviten fumar. Fumar también produce un fuerte aroma y humo de segunda mano, y no es la forma más discreta de consumir cannabis.

Ahí es donde entra en juego la vaporización. La vaporización del cannabis ha ganado popularidad en los últimos años, en gran parte porque es mucho más discreta que fumar, pero también porque calienta la flor lo justo para liberar un vapor inhalable, sin los efectos nocivos de encender la materia orgánica de la planta.

Ingestión

Cuando se toma por vía oral, el cannabis se absorbe a través del tracto gastrointestinal o por vía sublingual (debajo de la lengua). Los pacientes pueden tardar hasta una hora y media en sentir los efectos de los «comestibles», que pueden tener un efecto duradero y potente sin los efectos nocivos de fumar. La administración sublingual tiene un efecto más rápido, más parecido al de fumar o vaporizar.

Además de las galletas comestibles de THC y CBD, los brownies, las bebidas infusionadas y las gominolas (por nombrar sólo algunas de las innumerables formas de comestibles disponibles hoy en día), los comestibles también pueden tomarse en forma de aceites, tinturas, píldoras, cápsulas.…

Tópico

Las aplicaciones tópicas consisten en bálsamos, pomadas y cremas elaboradas con un extracto o concentrado de cannabis mezclado con una base como cera de abeja, manteca de karité o aceite de coco. Para las personas con dolor intenso, las aplicaciones dérmicas pueden no ser lo suficientemente fuertes. Estos pacientes pueden preferir aplicarse cannabis mediante un parche transdérmico, que penetra en la piel y se absorbe a través del torrente sanguíneo produciendo un efecto sistemático en lugar de local.

Productos típicos de CBD

Flor de CBD

La flor de CBD es la flor cruda y sin procesar de la planta de cáñamo, que es alta en CBD y baja en THC (normalmente menos del 0,3% de THC para cumplir con los límites legales).

Las flores de CBD se suelen fumar, vaporizar o utilizar para elaborar productos caseros de CBD como tinturas o aceites. Suelen contener entre un 10 y un 20% de CBD, dependiendo de la cepa. Dado que las flores de CBD son bajas en THC, no producen un subidón.

Resina de CBD

La resina de CBD es una forma concentrada de CBD que se extrae de las plantas de cáñamo mediante métodos como la extracción con CO2 o la extracción con disolventes.

La resina se puede vaporizar o utilizar como ingrediente en la elaboración de productos de CBD como tinturas, tópicos o comestibles.

Es mucho más potente que las flores de CBD, y a menudo contiene un 60-90% de CBD. Al igual que otros productos de CBD, la resina de CBD tiene un mínimo de THC y no causa un subidón psicoactivo.

Aceite de CBD

El aceite de CBD se elabora extrayendo el CBD de las plantas de cáñamo o cannabis y diluyéndolo con un aceite portador (como el aceite MCT, el aceite de semillas de cáñamo o el aceite de oliva).

Suele tomarse por vía sublingual (bajo la lengua) o añadirse a alimentos, bebidas o productos para el cuidado de la piel. También puede utilizarse para elaborar cápsulas o cremas tópicas.

Alimentos con CBD (comestibles)

Los alimentos infusionados con CBD son productos comestibles como gominolas, chocolates, productos horneados o bebidas que contienen una cantidad medida de CBD. Se consumen por vía oral y el CBD se absorbe a través de la digestión. Las dosis varían mucho, desde 5 mg a 50 mg de CBD por porción.

Los comestibles de CBD no provocan un subidón porque contienen poco o nada de THC. Eso sí, los comestibles tardan más en hacer efecto (30-90 minutos) porque deben pasar por el sistema digestivo. Sin embargo, los efectos pueden durar de 4 a 6 horas o más.

Aceite de semillas de cáñamo

El aceite de semillas de cáñamo se elabora a partir de semillas de cáñamo prensadas en frío y no contiene CBD ni THC y se utiliza principalmente como suplemento nutricional o en productos para el cuidado de la piel debido a su alto contenido en ácidos grasos omega-3 y omega-6.

Productos típicos de THC

Flor de marihuana (cogollo)

Las flores secas de la planta de marihuana que contienen una alta concentración de THC, así como otros cannabinoides y terpenos. Normalmente se fuma en porros, pipas o bongs; también se puede vaporizar o utilizar en comestibles caseros.

Los niveles de THC en la flor de marihuana pueden oscilar entre el 10 y el 30% o más, dependiendo de la variedad por lo que es altamente psicoactiva debido al significativo contenido de THC, que causa euforia, relajación, percepción alterada y, a veces, ansiedad o paranoia.

Aceite de THC

Una forma concentrada de THC extraída de la planta de marihuana y disuelta en un aceite portador (como el aceite MCT o el aceite de oliva). Comúnmente se toma por vía sublingual (debajo de la lengua) o se añade a alimentos y bebidas. También se puede vaporizar utilizando vapepens.

Los aceites de THC pueden contener entre un 50 y un 90% de THC, lo que los hace mucho más potentes que fumar o vaporizar flores.

Comestibles de marihuana

Productos alimenticios (como gominolas, chocolates, galletas o bebidas) infusionados con THC extraído de la marihuana. Los comestibles se consumen por vía oral y el THC se absorbe a través

Las dosis de THC pueden oscilar entre 5 mg y 100 mg por ración, aunque algunos comestibles caseros pueden contener cantidades aún mayores. Los comestibles producen un efecto psicoactivo potente y duradero. El inicio es más lento (30-90 minutos), pero los efectos pueden durar 4-8 horas o más, dependiendo de la dosis.

Resumen

Como hemos visto, los dos cannabinoides principales son el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). El THC proporciona al cannabis gran parte de sus efectos psicotrópicos y medicinales, mientras que el CBD se caracteriza por tener beneficios medicinales sin el «subidón» del THC.

También es importante recordar que el cáñamo y la marihuana son dos variedades de la misma especie de planta, Cannabis sativa, pero tienen diferencias importantes en cuanto a su composición química. Mientras que el cáñamo tiene niveles muy bajos de THC (por debajo del 0,3%) y un nivel muy alto de CBD, la marihuana contiene niveles mucho más altos de THC (a menudo entre el 5% y el 30% o más), lo que provoca efectos psicoactivos. Por tanto, dependiendo del nuestro caso, deberemos optar por productos derivados de una planta o de otra.

También quiero señalar que, a la hora de comprar productos de CBD y THC es esencial elegir productos de alta calidad para garantizar la seguridad y la eficacia por eso aquí te dejo un enlace a la tienda de CBD nº1 en España según Forbes.

En los últimos años, afortunadamente, se está viendo una tendencia de que la comunidad médica y la sociedad cada vez están más abiertos al uso del CBD ya que ofrece una serie de beneficios potenciales para la salud, en particular para el dolor, la ansiedad, la inflamación y los trastornos del sueño, sin los efectos psicoactivos del THC. Eso sí, consulta siempre a un profesional antes de consumir CBD, especialmente si estás tomando otra medicación.

Rubén Castro

Redactor

Apasionado de explorar y diseccionar lo último en tecnología. Tengo mucha experiencia en el mundo de los ordenadores y el gaming, aunque también me gustan todos los tipos de gadgets.