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Ver mejores ofertasLos multimillonarios suelen viajar en sus propios jets privados, incluso para distancias más cortas que las que la mayoría de nosotros recorreríamos en coche. ¿Qué hace una persona que vale 133.000 millones de dólares cuando sus seguidores en Twitter rastrean su jet y sacan a la luz los viajes perjudiciales para el medio ambiente que realiza? Claro, venderlo.
Según Gizmodo, Bernard Arnault, director general de LVMH, es la segunda persona más rica del mundo. Está por encima de Jeff Bezos pero por debajo de Elon Musk en el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
Arnault es partidario de viajar en jets privados, al igual que muchos otros ricos. Gracias a la información que está a disposición del público y a las señales de los transpondedores, su jet es uno de los muchos que se pueden seguir en Twitter.
Laviodebernard, también conocido como Bernard’s Plane, aportó pruebas de que el avión privado propiedad de Arnault no estaba registrado en Francia desde el 1 de septiembre de 2022. El multimillonario afirmó que el grupo realizó la venta en el podcast que es propiedad de LVMH. Al referirse a su uso de aviones privados, declaró: “Alquilo aviones”.
Antoine Arnault, hijo de Bernard Arnault y miembro del consejo de administración de LVMH, así como jefe de comunicación de Louis Vuitton, advirtió que las empresas rivales obtendrían ventaja si conocieran el paradero del avión de LVMH. La venta del jet en verano fue verificada por él.
Según un tuit de I Fly Bernard, en el mes de septiembre, los jets privados pilotados por millonarios y multimillonarios que viajaban a Francia y desde allí produjeron 203 toneladas de emisiones de dióxido de carbono en sólo 48 horas.
Jack Sweeney es muy conocido en Twitter por seguir los aviones privados. Sigue a personas notables como Mark Cuban, Bill Gates y Mark Zuckerberg, entre otros. Vigila los movimientos de Putin y otras personalidades rusas a bordo de jets y yates privados.
Sweeney vigilaba el jet privado del CEO de Tesla, Elon Musk, y éste le ofreció 5.000 dólares para que cerrara la cuenta y no tuviera que “disfrutar del concepto de ser disparado por un loco”. Sweeney ofreció a la persona más rica del mundo 50.000 dólares para deshacerse de él después de que la persona más rica del mundo le indicara que se lo pensaría, pero la persona más rica del mundo nunca respondió.