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No es ningún secreto eso de que el agua fría es buena para el cuerpo, pero ¿en qué quedó el challenge de darse baños en bañeras llenas de hielo?
Yo soy de esas personas que o el agua está suficientemente caliente, o me cuesta mucho ducharme, incluso en verano.
Si eres como yo, los baños fríos, una práctica común de bienestar y recuperación, no suenan como una actividad relajante… Sin embargo, los estudios muestran que los chapuzones fríos, también conocidos como inmersiones en agua fría, son ricos en beneficios físicos y mentales.
Y si eso no es suficiente para hacer que quieras probarlo, innumerables deportistas de éxito atribuyen su éxito a un mezcla de meditación e inmersiones en agua fría.
Aquí, explicamos todo lo que necesitas saber sobre esta práctica para tu salud, desde cómo funciona hasta los beneficios, y si vale la pena o no dar el paso.
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¿Qué es una zambullida en agua fría?
Una zambullida o chapuzón en agua fría es el acto de sumergir su cuerpo en agua fría (15 grados o menos) durante un período prolongado de tiempo. Los baños fríos son una herramienta increíble para mejorar la salud del cuerpo y la mente.
Hay muchas formas diferentes de darse estos baños en agua fría, que incluyen, entre otras, un salto al mar, un baño de hielo, una ducha fría o una bañera de agua fría circulante profesional (tipo spa).
Estas bañeras frías a menudo se pueden encontrar en spas de lujo, gimnasios y centros de recuperación física. Si bien los beneficios varían según el estilo de proceso que hagas, toda la exposición es buena para el cuerpo hasta cierto punto.
¿Cuáles son los beneficios de un baño en agua fría?
Al disminuir la temperatura corporal central, un baño en agua fría puede ofrecerte una amplia gama de beneficios.
Quizás lo más importante es desarrollar la fortaleza mental y la disciplina: la exposición constante a temperaturas frías permite que la mente se sienta cómoda en un estado de incomodidad, lo que mejorará tu capacidad para lidiar con otros tipos de estrés.
Enseñarle al cuerpo cómo manejar los extremos, especialmente dentro de estos baños de hielo, comienza a enseñarle al cuerpo y a la mente que tú tienes el control. En estás rutinas encontrarás que hay prácticas sencillas que te devuelven el control e inevitablemente te enseñan cómo manejar mejor cualquier situación difícil.
Los beneficios físicos de la inmersión en frío son muchos. Los expertos dicen que la inmersión en agua fría puede:
- Disminuir la inflamación
- Ofrecer una explosión de endorfinas
- Picos de dopamina
- Ayuda a mejorar el sueño y el estado de ánimo
- Reduce el estrés
- Ayudar a remediar dolores y molestias
- Impulsar la recuperación de lesiones
- Reducir la hinchazón
- Aumentar potencialmente la testosterona
- Promover el drenaje linfático
- Regular las hormonas
- Acelerar el metabolismo
También se cree que la exposición al frío tiene efectos positivos en la piel, ya que el agua fría puede contraer los vasos sanguíneos y disminuir la inflamación, lo que puede dar a la piel una apariencia temporalmente más radiante.
¿Cuánto tiempo debes sumergirte en frío?
Como en todo, los excesos son malos, sobre todo al principio cuando uno es la primera vez que hace esto. El tiempo depende de cómo de fría esté el agua. A temperaturas más calientes, puede estar más tiempo, pero realmente todo depende de tu estado físico y cómo responda el cuerpo en este momento.
El tiempo de aguante en el agua depende de cada persona y de cómo de fría esté el agua
Si nunca te has sumergido antes, es importante comenzar con períodos cortos de tiempo (uno o dos minutos) y aumentar gradualmente a medida que tu cuerpo se adapta al frío.
Una vez que alguien comienza a temblar de verdad (porque eso pasa), es un claro detalle de que ha alcanzado su límite para ese chapuzón.
Ten en cuenta que tu rendimiento cada día puede cambiar según las otras demandas externas del cuerpo.
Por ejemplo, si has salido la noche antes y tienes resaca, es posible que al día siguiente no dures tanto o que empieces a temblar cuando normalmente no fuera así en esas circunstancias.
Recuerda escuchar a tu cuerpo y no permitas que tu ego se interponga en el camino; no hay necesidad de esforzarse demasiado si comienzas a sentirte incómodo.
¿Puedes sumergirte en frío todos los días?
Sí, puede sumergirse todos los días, sin embargo lo ideal es crear una rutina que comience con tres días a la semana durante las primeras semanas para que puedas tomar nota de cómo se siente tu cuerpo a medida que introduce este nuevo estímulo.
Las investigaciones más recientes muestran que 11 minutos a la semana de estar completamente sumergido es lo ideal. Esto se puede dividir de varias maneras.
Si descubres que sumergirte en frío está comenzando a afectar negativamente a tu energía o estado de ánimo, reduce la cantidad de veces o tiempo que lo haces.
No olvides que los baños de hielo son un extremo para el cuerpo y se necesita mucha energía para que el cuerpo se caliente de nuevo. Al igual que puedes sobreentrenar el cuerpo con tus entrenamientos, lo mismo ocurre con los baños de hielo, solo que en lugar de trabajar en su sistema musculoesquelético, estás trabajando en tus termorreguladores.
Quién debería mantenerse alejado de esta técnica
Según los expertos, hay ciertas personas que deben evitar las zambullidas frías o tener cuidado al usarlas:
- Personas con enfermedades cardiovasculares o hipertensión.
- Personas con síndrome de Reynaud
- Mujeres embarazadas
- Personas con presión arterial alta, enfermedad cardíaca u otros problemas circulatorios