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Ver las mejores ofertasLleva sucediendo años, pero ahora es más que evidente que los vinilos han resucitado. Además, parece que más que ser una moda pasajera, están aquí para quedarse.
Los datos de ventas año a año son realmente abrumadores, como puedes ver en la siguiente gráfica.
Además, estos datos no incluyen las ventas de segunda mano, ni en festivales, ni en conciertos.
Por desgracia este resurgimiento tiene unos costes medioambientales bastante importantes.
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La mayor parte de discos de vinilo se siguen fabricando mediante las anticuadas técnicas de los años 70. Tan solo hay que echar un vistazo a las prensas de vapor que se utilizan: poco eficientes, tanto energéticamente como en utilización de material.
Hace muchos años los discos se fabricaban con goma-laca (si tienes algún disco de 78 rpm, es posible que esté fabricado en este material), una resina natural que fue rápidamente sustituida por el más que conocido cloruro de polivinilo (PVC o vinilo), mucho más resistente y económico, además de tóxico.
Si los discos de goma-laca eran frágiles y propensos al desgaste, los discos de vinilo pueden tardar siglos, literalmente, en descomponerse. Además, si los desechamos en los vertederos tradicionales, algunos materiales peligrosos pueden ser arrastrados por las lluvias y filtrarse hacia el suelo.
La mejor solución para deshacernos de los discos de vinilo es el reciclaje. Pero no es fácil y la mayoría de las veces ni siquiera es posible.
La “segunda opción menos mala” es la de depositar los discos de vinilos en un punto limpio, pero tampoco todos los puntos limpios tienen contenedores adecuados…
Por si fuese poco, los discos modernos son todavía peores. Cuentan con aditivos tóxicos como metales pesados, tintes y productos químicos anticorrosivos que evitan la oxidación y generan contaminantes muy peligrosos.
Incluso, algunas compañías utilizan plomo (prohibido en productos como la pintura) como estabilizador durante el proceso de prensado de los discos.
A todo esto, hay que añadir los residuos generados el propio envío y preparación del disco.
Afortunadamente, existen algunas empresas (productoras de discos de vinilos) que están más concienciadas con el medioambiente.
Por ejemplo, Green Vinyl Records, un consorcio de ocho compañías holandesas ha probado con éxito la producción de discos mediante un sistema de moldeo por inyección, consiguiendo mucha más capacidad de producción y un ahorro energético de entre un 60 y 70% respecto al tradicional prensado. Además, es un sistema que genera muchos menos residuos y produce un disco completamente reciclable. Por desgracia, el proceso es más caro.
Otro ejemplo es el de la empresa canadiense Microforum, que cuenta con un novedoso sistema de prensado que disminuye puede producir un disco en tan solo 25 segundos a partir de pellets de PVC que consiguen disminuir los residuos generados.ref
La conciencia medioambiental también está calando en algunos grupos musicales como Pink Floyd y ColdPlay, que hicieron donaciones para plantar nuevos árboles y así compensar las emisiones de carbono provocadas por la fabricación de los discos Echoes (2001, Pink Floyd) y Rush of Blood (2002, Coldplay).
Aunque todas estas mejoras en los sistemas de fabricación y donaciones son bienvenidas, no solucionan el problema real, el PVC con el que se fabrican los discos.
Cada vez son más los gobiernos que han implantado ciertos tipos de restricciones en cuanto a las materias primas que pueden ser utilizadas para la fabricación de los discos.
Por ejemplo, en 2005, Alemania prohibió el vertido de PVC en los vertederos.
No es un debate nuevo. Europa comenzó a plantear la prohibición de PVC en juguetes en 1999. Y en España más de 60 ciudades han sido declaradas libres de PVC.ref
Actualmente, la Unión Europea parece estar considerando controles aún más estrictos,ref algo que tendría un enorme impacto en las compañías europeas productoras de vinilos. De hecho, GZ Media, el mayor productor de discos de vinilo a nivel mundial (unos 30 millones álbumes anuales), tiene su sede en la República Checa.
Aunque existen compañías como Duplication, o la ya comentada Green Vinyl Records, experimentando con materiales alternativos, la realidad es que no existe nada que le haga sombra al PVC debido a su versatilidad, durabilidad y precio. Y como ya hemos visto, la mayoría de las compañías han preferido en mejorar los procesos de producción con PVC que en cambiar el material de fabricación.
La solución podría estar en el cambio hacia el llamado vinilo de "alta definición" (nombre fruto del marketing en mi opinión). Un proceso de corte por láser que promete evitar los productos químicos tóxicos. Además, la vida útil de estos discos mejora en un 30% a los tradicionales.
Hasta ahora, la industria de discos de vinilo ha sido bastante inmovilista. Con unos procesos anticuados y muy contaminantes que no tienen un claro heredero verde, ya que el PVC parece difícil que sea sustituido en un futuro cercano.
Veremos si son los consumidores o los gobiernos quiénes fuerzan una transición hacia un futuro más sostenible para el vinilo.